“Casablanca” (1942): Cuando Murphy se Tomó Siete Semanas de Vacaciones
Está bien, lo intentaré de nuevo….”Casablanca”…. Definitivamente no puedo hablar de esta película sin volver a emocionarme; y es que el Séptimo Arte, cuando se tocan las teclas adecuadas, puede llegar a conmover como ningún otro arte. “Casablanca” es el más claro ejemplo de ello. Seamos sinceros, cualquier guionista que se precie, daría su brazo derecho por escribir un guión de esta categoría; cualquier director en su sano juicio vendería su alma por filmarlo, y cualquier actor en sus cabales mataría por interpretar uno de los cinco personajes principales de esta película. Y aunque parezca mentira, los responsables de la misma compraron todos y cada uno de los boletos disponibles para lograr un fracaso sin precedentes; lo que no sabían es que Murphy, responsable de la famosa Ley, se había tomado siete semanas de vacaciones, coincidiendo casualmente con la duración del rodaje de esta obra maestra absoluta.
Respecto al comentario anterior, decir que hay una serie de reglas, no escritas y unánimemente aceptadas, que han de observarse para lograr unas condiciones medianamente aceptables, que permitan la creación de una buena película. Michael Curtiz y compañía las ignoraron por completo. En la actualidad, cinéfilos de todo el mundo seguimos preguntándonos como fue posible el nacimiento de este milagro llamado «Casablanca», aun incumpliendo las siguientes normas:
1) Un guión debe ser escrito, como máximo, por dos personas. El guión de “Casablanca” pasó por tantas manos (siete guionistas que se sepa) y sufrió tantas revisiones que muchos días los actores recibían sus textos la misma mañana en que tenían que rodarlos. Era tal el desmadre en la escritura del mismo que, en cierto momento, uno de los guionistas se permitió introducir una broma al respecto, en un diálogo en el que Bergman intenta explicar a Bogart porque le dejo plantado en París:
Ilsa: «¿Puedo contarte una historia?
Rick: ¿Tiene un final feliz?
Ilsa: aún no sé como acaba
Rick: «Bueno, cuéntamela. A lo mejor se te
ocurre algo mientras lo haces.»
2) Es deseable una cierta sintonía entre productor y director: Michael Curtiz recibía continuas presiones por parte de Hal B. Wallis, productor de la cinta, provocadas por la lentitud con la que Arthur Edeson, director de fotografía, iluminaba cada uno de los planos, ralentizando así el plan de rodaje; esto provocó continuas tensiones entre ambos, las cuales, para desesperación del segundo, Curtiz ignoraba, poniéndose siempre del lado de Edeson. Para colmo, Peter Lorre (Ugarte), actor que tenía fama de bromista, se encargaba de cambiar las marcas que Edeson establecía para el rodaje de los planos, lo cual obligaba a grabarlos de nuevo al comprobar que el resultado era desastroso.
3) No viene mal saber quien va a ser el protagonista, al menos, unas semanas antes de comenzar el rodaje: Ronald Reagan, George Raft y una larga lista de actores fueron candidatos al papel de Rick antes de que Humphrey Bogart se hiciera con el. El mítico actor americano se encontró con un guión a medio escribir, sin un final previsto y con continuos cambios de rumbo en el argumento, por lo que, en este caso, el cumplimiento de dicha regla no hubiese sido de gran ayuda. En cuanto a los secundarios, una vez comenzado el rodaje, Curtiz todavía seguía haciendo pruebas para escoger los actores que encarnarían personajes tan importantes como el Capitán Renault y el Mayor Strasser. Sin embargo, el casting no podría haber sido mas acertado. Sin ir mas lejos, Claude Rains (Renault) nos regala una interpretación apabullante, declamando, con extremada clase y naturalidad, varias líneas de diálogo antológicas, y contribuyendo a muchos de los numerosos momentos cómicos de la cinta.
4) No es recomendable que, la noche anterior a la finalización del rodaje, director y guionista decidan como termina la película: según parece, ambos tuvieron furibundas difusiones, no solo sobre la orientación política o romántica de la película, sino también sobre cómo debería acabar la mítica historia de amor entre Rick e Ilsa. El resultado final es, posiblemente, uno de los mejores finales de la historia del cine. ¿Quien lo escribió? Hay tantas versiones sobre el tema que haría falta un libro para comentarlas.
5) Debe haber una mínima comunicación entre director y actor: se suele decir que una de las claves para hacer una buena película es conseguir unas buenas interpretaciones; para ello, es necesario que el director sepa explicar a sus intérpretes qué es lo que espera de ellos y orientarles para conseguirlo. Ingrid Bergman sufrió varias crisis nerviosas durante el rodaje, a causa de la nula comunicación entre director y reparto, ya que nunca obtuvo respuestas a sus numerosas dudas referentes a su personaje. Recordando el punto anterior, es celebre la anécdota según la cual Bergman preguntaba a Curtiz con quien se iba a quedar al final de la película, Rick o Laszlo, a lo cual el director, aparentemente indignado, pero realmente agobiado por no saberlo (aunque no podía mostrarlo en público), dió la vuelta sobre si mismo y se marchó gritando a los cuatro vientos: «¡Actores, actores, lo quieren saber todo!».
6) Si ruedas una historia de amor, nunca está de más que hayaquímica entre los protagonistas de la misma: en ciertos momentos del rodaje, se rumoreó a cerca de un posible affaire entre Bogart y Bergman, pero la verdad es que la relación entre ambos, tanto fuera como dentro del plató, era inexistente. De hecho, Bergman comentaría un tiempo después de finalizar la película, que había besado a Bogart en varios planos, pero que nunca le había llegado a conocer.
7) Suele ser recomendable que el montaje final esté en manos del director y, en su defecto, del editor: una vez rodada y montada, a Jack Warner se le ocurrió la brillante idea de hacer un epílogo que explicara ciertos aspectos que no comentaré. Afortunadamente, antes de que esto ocurriera, el famoso productor independiente David O. Selznick (productor de muchas películas de Hitchcock y Lo que el Viento se Llevó), que había prestado a Ingrid Bergman para el rodaje de la película, tuvo ocasión de verla; en cuanto acabó su visionado, reprendió a Warner por su interés en rodar ese epílogo, explicándole que tenía en sus manos un obra maestra. Afortunadamente, éste desistió en su propósito y, gracias a Selznick, «Casablanca» es como la conocemos hoy día.
8) Conviene escoger al director «adecuado» para el proyecto concreto que deseas realizar, y no al más «rápido»: Las razón por la que se escogió a Michael Curtiz para filmar esta memorable película no fue otra que por su rapidez a la hora de rodar. Se había ofrecido el proyecto a William Wyler (Ben Hur, La Loba, Los Mejores Años de Nuestras Vidas, Vacaciones en Roma), pero el ajustado presupuesto y la necesidad de acabar la película en 7 semanas, propiciaron el cambio de planes.
Créanme, hay material para continuar unos párrafos más, pero resultaría aburrido. Escapa a las leyes de la lógica que, conociendo lo expuesto anteriormente, el resultado fuera el que conocemos, pero supongo que es parte de la magia del Séptimo Arte. Salvo muy raras excepciones, cuando vemos una película, pensamos en qué añadiríamos o quitaríamos para hacerla mejor, pero en «Casablanca», después de haberla visto más de 30 veces, sería inútil intentarlo; desde que me siento y pulso el botón de «play», vuelvo a disfrutar, como si fuera la primera vez, de la portentosa dirección de Curtiz, de unas interpretaciones antológicas, de un argumento maravilloso, de un sinfín de secuencias inolvidables y de un final que me emociona profundamente y muestra, cómo nunca he vuelto a ver, qué es el amor verdadero, el significado de la amistad, la honradez, la dignidad y la nobleza.
A pesar de tratarse, en gran medida, de una historia de amor, «Casablanca» es una mezcla perfecta de géneros, los cuales se entremezclan de una manera muy natural a lo largo del metraje, evitando la única etiqueta de película de intriga, de cine político, de drama, de comedia, de thriller….Digamos que esta dificultad a la hora de determinar a qué género pertenece, es una constante en cualquier pregunta que nos hagamos a cerca de «Casablanca». Porque ¿qué es el Capitán Renault: un golfo, un policía corrupto, un cara dura, un enemigo, un amigo? ¿Qué hubierais hecho en la situación de Rick ante el dilema final? Para mi, Renault es uno de los mejores personajes que jamás se hayan escrito e interpretado en la historia del cine, y el final, una genialidad que difícilmente se volverá a repetir. Como podemos apreciar cada vez que la vemos, «Casablanca» es ese tipo de películas que no ofrece respuestas, sino que plantea numerosas preguntas. ¿Que sucede a partir del mítico plano que cierra la película? Por cierto, ¿hay alguien que todavía no la haya visto? Como diría Renault: «Que detengan a los sospechosos habituales».
Carlos Fernández Castro (@bandejadeplata en Twitter)
Pero si Casablanca es del 42… aún no ha hehco los 70 años.
Pues discúlpame Elmo, pero tienes toda la razón; pensé que Casablanca había sido preestrenada en 1941, pero estaba equivocado. Muchas gracias y un saludo.